O, dicho sin rodeos, ¿estamos en la generación
que verá volver a Jesús? Mi respuesta es que no lo sé. Se
está reduciendo el margen para mí. Al momento de escribir
estoy en la octava década de la vida, así que Jesús tendrá
que apurarse para que yo lo vea volver. Pero la verdadera
pregunta es, en realidad, ¿somos la última generación? Es
extraño, pero la mayoría de los que me hablan acerca de
esto también dicen que están haciendo preparativos para
su jubilación, su pensión, dónde van a vivir, y otras cosas
similares, que es algo inconsistente. Mi respuesta sería que
estamos en el principio de los últimos días, pero en cuanto
a su duración, no creo que la Biblia nos lo indique.
Es una frase que se ha vuelto habitual desde que se creó
el estado de Israel en 1948 y Jerusalén quedó bajo control
judío en 1967. Es extraño que son estos sucesos en Oriente
Próximo que han convencido a muchos cristianos de que
estamos en los últimos últimos días. Por cierto, algunos
de ellos estaban convencidos de que Jesús volvería en esa
generación. Pero él aún no ha venido. Lo importante es
mirar en la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. En
ningún lado se dice que los sucesos en Israel serían una señal
del regreso del Señor. Verifique lo que digo con lo que dice
la Biblia, y no deje que los sucesos del último medio siglo
en Israel lo confundan, llevándolo a pensar que Jesús está
próximo a volver.
Vaya el Nuevo Testamento y averigüe cuáles eran las
señales que Jesús dijo que anunciarían su venida. Tenemos
que mirar especialmente en Mateo 24, hacer un estudio
bíblico del pasaje, y luego podremos tener una mayor
seguridad acerca de dónde nos encontramos con relación
al diario y la agenda de Dios. He visto muchos anuncios
cristianos que muestran un reloj con la aguja a uno o dos
minutos de la medianoche, como si este fuera el reloj de Dios
y como si ya fuera el tiempo. Toda generación cristiana debe
vivir lista para el regreso del Señor, pero eso no significa
que llegará en esa generación.
La Biblia es un libro que está lleno de predicciones. Sus
páginas contienen 735 predicciones acerca del futuro. Una
cuarta parte de los versículos de la Biblia contienen una
predicción. Es, en esencia, un libro profético de principio a
fin, si bien algunos libros se dedican más a las predicciones
que otros. De las 735 predicciones, 596 ya han ocurrido y
se han cumplido literalmente según la predicción que estaba
en las Escrituras.
Así que, de todas las predicciones que hay en la Biblia, el
81% ya ha ocurrido, y algunas de esas predicciones fueron
hechas siglos antes del suceso. No se requiere mucha fe para
creer que el 19% restante también ocurrirá. Es una marca
muy alta. Ningún astrólogo se ha aproximado a este valor.
La Biblia ha demostrado estar 100% correcta para cada
predicción que podría haberse cumplido hasta ahora. Del
resto, la mayoría tiene que ver con el regreso mismo de Jesús
y lo que sigue después. ¿Cuántas de esas predicciones faltan
que se cumplan antes que Jesús vuelva? La respuesta es unas
veinte, y estoy esperando ver que ocurran esas primero antes
de aguardar el regreso del Señor.
Jesús nos dijo que estuviésemos alerta y oráramos. ¿A
qué debemos estar alerta? Uno no puede quedarse quieto,
mirando las nubes, esperando que aparezca. No es lo
que quiso decir. Quiso decir: “Estén alerta a lo que está
ocurriendo en el mundo para ver qué señales les he dado
para prepararlos”. Las señales son indicadores. Permítame
agregar una cosa más: las personas quedan demasiado
absorbidas por el futuro y empiezan a dibujar gráficos y
a prepararle la agenda a Dios, que es algo presuntuoso.
Él nos dijo que estuviésemos atentos a ciertas cosas que
ocurrirían, y muchas de esas cosas no han ocurrido aún.
Con la velocidad de los sucesos mundiales, podría ocurrir
bastante rápido, o tal vez no. Debemos vivir como si volviera
mañana, pero no debemos esperar que llegue mañana. Creo
que las señales que nos dio deben cumplirse primero.
Vayamos entonces a un pasaje muy conocido, Mateo
capítulo 24, donde los discípulos preguntan a Jesús:
“¿Cuáles serán las señales [o indicadores] de tu venida?
¿Cómo sabremos cuando esté por ocurrir?”. Jesús dio una
respuesta muy directa y clara. Podemos agradecer a Dios
porque le hicieron la pregunta y él les dio una respuesta muy
clara. Dio una respuesta más clara y completa en el libro
de Apocalipsis, pero aquí da un resumen de las señales que
precederán su venida.
Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado: “¿Cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?”. “Tengan cuidado de que nadie los engañe”, les advirtió Jesús. “Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos. Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores. “Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán todas las naciones por causa de mi nombre. En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. “Así que cuando vean en el lugar santo ‘el horrible sacrilegio’, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda), los que estén en Judea huyan a las montañas. El que esté en la azotea no baje a llevarse nada de su casa. Y el que esté en el campo no regrese para buscar su capa. ¡Qué terrible será en aquellos días para las que estén embarazadas o amamantando! Oren para que su huida no suceda en invierno ni en sábado. Porque habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos se acortarán. Entonces, si alguien les dice a ustedes: ‘¡Miren, aquí está el Cristo!’ o ‘¡Allí está!’, no lo crean. Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. Fíjense que se lo he dicho a ustedes de antemano.“Por eso, si les dicen: ‘¡Miren que está en el desierto!’, no salgan; o: ‘¡Miren que está en la casa!’, no lo crean. Porque así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres. “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, ‘se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos’. “La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo.“Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. “Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre”. Mateo 24:3-36 (NVI)
La Biblia es un libro de historia, pero es diferente de
cualquier otro libro de historia que uno puede conseguir de
una biblioteca pública. La historia de la Biblia comienza
en el principio del mundo y termina en el fin del mundo.
Ningún otro libro de historia ha sido escrito jamás que
cubra una amplitud tan enorme de sucesos en el planeta
Tierra, en parte porque no había nadie en el principio para
observarlos y registrarlos, de modo que nadie puede escribir
autoritativamente acerca del comienzo de nuestro mundo.
Dios estuvo ahí, así que es el único que podía escribir lo
que ocurrió. El fin del mundo, de hecho, todo el futuro, está
oculto en gran parte de nosotros. Podemos hacer conjeturas,
pero no podemos decir cómo finalizará el mundo.
Somos las únicas personas en todo el mundo que sabemos
cómo finalizará todo. Esto es único. La razón por la que el
Señor dijo el futuro a sus discípulos no fue para satisfacer su
curiosidad. Fue para prepararlos, para que estuvieran listos
para el futuro y no entraran en pánico ni lo malentendieran
cuando llegara. Esté agradecido a Jesús porque fue tan
sincero con nosotros como para compartir lo que tiene el
futuro. En ese pasaje él dio cuatro señales de su venida. De
esas cuatro señales, una ya está aquí, y la otras tres, no. Esa
es la razón por la que contesto la pregunta: “¿Estamos en
los últimos tiempos?” diciendo: “Estamos al principio de los
últimos tiempos”. Ciertamente no estamos en el medio, y
ciertamente no estamos al final, así que no entre en pánico.
¿Cuáles son, entonces, estas cuatro señales que nos dio?
Está muy claro que ninguna de ellas está en Israel, salvo
la tercera. La primera habla claramente de desastres en
el mundo, y menciona, por ejemplo, guerras, hambres y
terremotos. Estas cosas están ocurriendo, sin duda, pero han
estado sucediendo durante más de dos mil años. Se están
volviendo más intensas. Las guerras ahora usan tecnología
para que la gente se mate entre sí. Hoy pueden enviarse
aviones al aire que son guiados a su destino para dejar
caer sus bombas y vuelven sin ningún ser humano a bordo.
Esto es algo nuevo en la guerra, gracias a la tecnología.
Las guerras se volverán peores debido a esto. Hay guerras
civiles además de guerras internacionales. No ha habido un
período de diez años en la historia humana sin una guerra
en algún lugar. Cuando uno lee la historia, es una historia
de conflictos. Hoy hay más conflictos dentro de una nación
que entre naciones. Hubo dos guerras mundiales en el último
siglo que involucraron a todo el mundo occidental, pero
desde la Segunda Guerra Mundial ha habido más de treinta
y seis conflictos internacionales. Si uno cuenta los disturbios
y las guerras civiles, el número es aún más elevado. Hay un
desfile incesante de guerras.
¿Terremotos? Parece que son cada vez más frecuentes,
pero eso es debido a los medios, que cuentan al mundo
inmediatamente lo que está ocurriendo. No han aumentado,
pero han aumentado los daños y la devastación, porque el
mundo está más poblado, y hay más personas viviendo
en áreas vulnerables. Así que el número de víctimas de
terremotos se ha disparado. Están ocurriendo terremotos
incluso en lugares donde no han ocurrido antes; por ejemplo,
en el centro de India.
Inglaterra sufre unos veinte o treinta terremotos al año,
pero la mayoría son tan leves que muchos ni se dan cuenta.
Hay cuadros en la pared que se mueven y varias otras
señales. Pero los terremotos no han comenzado a ocurrir
recientemente. ¿Hambre? Ha estado con nosotros mucho
tiempo, pero se está volviendo cada vez peor. Un sector del
mundo se apropia de la mayor parte de la comida y deja al
resto hambriento. De modo que no hay duda de que estamos
en esta primera señal: ya hay guerras, rumores de guerra,
terremotos y hambre.
Jesús dice: “Tengan cuidado de que nadie los engañe”.
Lo dice vez tras vez, todo el tiempo. Al acercarnos al fin, el
peligro es el engaño, tanto dentro como fuera de la iglesia. En
este caso, dice, de falsos Cristos, falsos Mesías, personas que
se aprovecharán de la turbulencia de los desastres naturales
para presentarse como salvadores. Sin duda sufrimos esto
también. Hay casos muy conocidos de personas que se han
presentado como salvadores, que han llevado a gente a
lugares desérticos, y han terminado en desastres, algunos
de ellos en suicidios en masa. Hay bastantes Cristos falsos
dando vuelta, salvadores falsos, “moonies”1 que aparecen
y dicen ser el libertador prometido de todos nuestros
problemas. Cuantos más problemas haya, habrá más falsos
liberadores. Pero el consejo de Jesús para nosotros es: “No
se alarmen, no dejen que su corazón se preocupe cuando
escuchen que surge una nueva guerra, un nuevo desastre o
una nueva hambre”.
Dijo algo asombroso. Estas son experiencias dolorosas,
pero no son dolores de muerte, sino dolores de parto. En
consecuencia, cuando lea en los medios acerca de desastres,
son los dolores que significan que algo nuevo está por nacer.
Esto tendría que cambiar su actitud por completo. Cuando
la gente le diga: “No sé adónde va el mundo”, usted puede
decir: “Yo sí”. Vea lo que dicen entonces. No debemos
estar alarmados o consternados, no tan angustiados como
el mundo estará por estas cosas que ocurren. Los desastres
en el mundo son los dolores de parto de un nuevo mundo
que nacerá.
Por lo tanto, nos sentimos con una actitud diferente. Nos
compadecemos por los que están sufriendo desastres y es
de esperar que lo expresemos con ayuda, pero en nuestro
corazón no estamos alarmados, sino esperanzados. Estamos
mirando a un nuevo nacimiento de un nuevo mundo, así
que no estamos desanimados ni deprimidos por todos los
problemas del mundo. En pocas palabras, el consejo de
Jesús a nosotros sería que no entremos en pánico, que no nos
atribulemos, sino que nos regocijemos y digamos: “Estos
son las señales de que algo nuevo está pasando”.
La segunda señal de su venida no está en el mundo sino
en la iglesia. Los desastres en el mundo son la primera señal.
Los acontecimientos en la iglesia son la segunda señal. Así
como nos dio tres partes para la primera señal —guerras,
terremotos y hambre—, nos da tres partes para la segunda
señal, todas las cuales ocurren dentro de la iglesia. Son,
primero, persecución; seremos odiados en todas las naciones.
Esto nunca ha ocurrido aún, pero ocurrirá en la segunda
señal. Habrá persecución de la iglesia a nivel mundial; toda
nación estará en contra de la iglesia, contra los verdaderos
cristianos en todas partes.
La segunda parte de esta señal será una gran reducción en
el tamaño de la iglesia. El amor de la mayoría2 se enfriará.
Cuando la presión esté sobre toda la iglesia, habrá muchos
cristianos nominales que se irán, y aun muchos cristianos
verdaderos. Su amor se enfriará bajo las presiones de la
persecución universal. Es una señal muy triste.
La tercera parte de la señal es la gran sorpresa: el evangelio
será predicado a todos los grupos étnicos.
He visto estas tres cosas en una escala local en muchos
países donde he estado, donde la iglesia es realmente odiada
y donde los cristianos nominales, de domingo, se han ido
porque no pueden enfrentar la presión, y donde la iglesia
ha crecido mediante la evangelización porque la presión ha
purificado a la iglesia, y los cristianos que quedan siguen con
la tarea que Jesús les dejó para hacer: predican el evangelio.
Por eso la iglesia está creciendo en países donde se
encuentra bajo presión, y en países como Inglaterra, donde
en el pasado no ha habido mucha presión, está declinando.
Es la iglesia que es perseguida la que crece en todo el
mundo hoy. La iglesia bajo presión crece en cantidad y en
calidad. El evangelio será predicado, que es la tercera parte
de la señal. Una iglesia purificada, más pequeña, tendrá un
efecto mayor sobre el mundo. Es lo que dice Jesús. Parece
contradictorio, pero en mi experiencia de viajar a iglesias
en todo el mundo, he visto que ocurre. ¿En qué país está
creciendo más rápidamente la iglesia? En China, donde la
iglesia ha estado bajo una auténtica presión durante mucho
tiempo. Sí, hay cristianos nominales que se han ido, pero los
que quedan predican el evangelio, y Dios honra eso.
Esos son tres acontecimientos en la iglesia. ¿Cuál será el
gran peligro? El peligro no son los falsos Cristos. Los falsos
Mesías no pueden hacer mucho a la iglesia, pero los falsos
profetas sí. El peligro de la decepción en todo esto serán los
falsos profetas. Sabemos lo que enseñan los falsos profetas.
Enseñan paz cuando no hay paz. Su mensaje es de consuelo
en vez de desafío. Su mensaje será: “Está bien, no ocurrirá.
Todo está bien, todo está perfecto. La iglesia está a salvo”.
Es una falsa profecía. Es posible que sean responsables
de los muchos que se irán de la iglesia en ese momento.
Así que tenemos desastres en el mundo, el peligro de la
decepción de falsos Mesías y luego, dentro, la iglesia será
perseguida, pero estará predicando. Tenemos falsos profetas
dando predicciones falsas acerca del futuro para consolar
a las personas, para hacerlas sentir felices nuevamente. Es
algo que ha comenzado a ocurrir, pero no está ni cerca de
la señal que Jesús dio.
Está el peligro de la falsa profecía. El consejo de Jesús
ahora es: no se den por vencidos, no cedan a estos falsos
profetas. El que persevere hasta el fin será salvo. Ese es el
consejo de Jesús a todos los cristianos cuando aparezca la
señal, cuando todas las partes de la iglesia sean odiadas por
el mundo. ¿Por qué debería ocurrir? La respuesta es que el
trigo y la cizaña crecen juntos, y cuanto más se acercan a la
madurez, mayor será el conflicto entre ambos. Tiene mucho
sentido que hacia el final los cristianos estarán en todas partes
bajo una gran presión.
El odio vendrá, porque los cristianos son inadaptados
15
sociales. No pertenecemos a este mundo. Nuestra ciudadanía
está en el cielo. Somos diferentes, y porque somos diferentes
vendrá el odio. Jesús fue tan diferente de todos que atrajo
odio hacia sí mismo. Y él dijo: “Si soy odiado en el mundo,
ustedes también”. No es muy lindo ser odiado.
Eso nos lleva a la tercera señal del fin de los tiempos, que
es la aflicción en Jerusalén. Estará ubicado de manera muy
precisa geográficamente. Aquí Jesús cita las predicciones
de Daniel, y hay una figura en las profecías de Daniel que
es llamado “el horrible sacrilegio”. Tres veces lo menciona
Daniel. ¿A qué se refiere? ¿De qué se trata? Se trata de un ser
humano, un hombre, que se establece en la ciudad misma de
Dios y que se llama a sí mismo “Dios”, que no reconocerá
la voluntad de nadie aparte de la suya. Un dictador cuya
llegada afectará a todo el mundo, pero que estará basado en
Jerusalén, en la ciudad de Dios, en el lugar santo.
Esta predicción espantosa ya se cumplió una vez, alrededor
de 160 a.C., en un hombre que fue uno de los descendientes
de Alejandro Magno, un griego llamado Antíoco Epífanes.
Invadió Jerusalén e hizo cosas terribles que llevaron a
Judas el macabeo a liderar una revolución en contra de él.
¿Qué hizo Antíoco Epífanes? Se metió en el templo judío y
sacrificó un cerdo sobre el altar, sabiendo perfectamente bien
que nada podría ser más ofensivo a los judíos. Sacrificar un
animal impuro en el templo más sagrado era el mayor de los
insultos. Luego llenó los salones del templo con prostitutas
y alentó a las personas a ir y participar de ritos paganos, que
estaban centrados en el sexo ilícito.
Hizo muchas otras cosas. Construyó un estadio enorme
en Jerusalén donde pudieran realizarse juegos desnudos (la
gimnasia griega era toda hecha completamente desnudos).
Todo lo que hacía empeoraba las cosas. Ocupó Jerusalén
durante exactamente tres años y medio. Este número pasará
a ser muy importante cuando se cumpla ese suceso por
segunda vez. Es interesante que el libro de Apocalipsis ha
definido tres veces la Gran Aflicción o la Gran Tribulación,
cuando las aflicciones para la iglesia alcanzan un clímax.
Tres veces en Apocalipsis habla acerca de un tiempo, tiempos
y medio tiempo, que significa tres tiempos y medio. Luego lo
define como 42 meses, que son tres años y medio, y luego lo
define como 1260 días, que vuelve a ser lo mismo. ¿Cuántas
veces Dios tiene que decir los mismo de diferentes formas
para que lo entendamos?
Jesús no dijo en realidad ninguna de esas cosas aquí. Pero
lo que sí dijo es que a menos que el tiempo fuera abreviado
nadie sobreviviría, lo cual significa que tres años y medio es
justo el largo suficiente para que los verdaderos cristianos
sobrevivan, a menos que sean martirizados. Muchos serán
martirizados en ese tiempo, pero el cristiano fiel podrá
decirse a sí mismo: “Bueno, solo serán tres años y medio”
y soportarlo. Ahora bien, dado que el centro de todo esto
será una dictadura en Jerusalén, hay una clara advertencia al
pueblo de Dios que viva en Judea de que salga de allí cuanto
antes. Está hablando de la figura que en otra parte Juan llama
“el anticristo”, y que Pablo menciona como “el hombre de
maldad”. Son títulos diferentes que se le dan, pero todos se
refieren al mismo dictador espantoso que gobernará durante
siete años en Jerusalén.
Los primeros tres años y medio serán recibidos bien por
el mundo porque serán buenos. Traerán paz y seguridad.
Ese será su mensaje: “Yo los mantendré seguros y en paz”.
El mundo recibirá bien esa promesa. Recién en la mitad de
los siete años su gobierno cambiará, como ha ocurrido con
cada dictador del mundo. Nerón hizo cosas buenas para los
romanos en la primera parte de su reinado, pero luego el
poder lo corrompió y se convirtió en el perseguidor de los
cristianos. Es algo que sabemos. El nombre Nerón ha pasado
a los anales de la historia como un dictador malo.
Ocurrió con Hitler, que hizo cosas muy buenas para
Alemania cuando llegó al poder. Dijo: “Quiero que todos
tenga un coche”, e hizo que un hombre llamado Porsche
diseñara un coche popular, un “Volkswagen”, que tal vez
conozcan. Era un coche admirable. Refrigerado por aire,
podía ir por cualquier parte en el mundo. Fueron construidos
millones más tarde. Fue el primer constructor de rutas en
hacer caminos para un auto popular. Las autopistas alemanas
son excelentes. Los sacó de un desastre financiero. Uno
tenía que llevar una carretilla de marcos para comprar una
hogaza de pan. Así de grande era la inflación en Alemania.
Puso la inflación bajo control y la gente pudo volver a tener
dinero de verdad.
Pero todo eso queda en el olvido, porque el poder lo
corrompió y se convirtió en un dictador que destruyó a
millones de personas. Es lo que ocurrirá con el anticristo.
En los primeros tres años y medio, según mi entendimiento
del Nuevo Testamento, ofrecerá paz y seguridad. Dado que
la paz mundial parece girar alrededor del Oriente Próximo,
es una especie de zona de peligro. Traerá paz y seguridad
primero en ese lugar, y luego al mundo. El mundo caerá en
la trampa, y alrededor de la mitad de su gobierno, el poder
lo corromperá y habrá más angustia, más aflicción que el
mundo haya visto antes. Será durante tres años y medio, 42
meses, 1260 días.
Jesús lo predice cuando dice: “Si viven en Judea, salgan
rápidamente. No se queden para empacar siquiera. Oren para
que no sea el día de reposo”. En ese día no habrá transporte
público. Piense especialmente en las mujeres que están
dando de mamar o las embarazadas, porque todos tendrán
que salir, alejarse rápidamente del centro de este tiempo
terrible. Luego dice: “Por ustedes, recuerden que será
mantenido breve, y no aflojen”. Pero también dice: “Ahora el
gran peligro serán los falsos Cristos y los falsos profetas…”
Advirtió: “Habrá rumores, pero no les presten atención”.
Dice que usemos nuestros ojos, no nuestros oídos. Que
estemos alerta por la señal final y que no nos movamos de
donde estamos. Escucharán rumores de que ha venido Cristo,
y la gente irá de un lado a otro buscándolo, porque no han
escuchado a los maestros y los rumores se han difundido.
Es extraño, pero hemos entrado en un estado en que los
cristianos de todo el mundo están diciendo: “¿Dónde está
Dios?”.
“Ah, está en Toronto”. La gente estaba gastando todo
su dinero para comprar pasajes a Toronto para encontrar a
Dios. Luego se desplazó un poco hacia el sur, a otro lugar:
Pensacola. “Ah, ¿dónde está Dios ahora? ¡Vayamos a
Pensacola a encontrarlo!”.
Me temo que los cristianos tienen una tendencia a correr
por todo el mundo cada vez que escuchan: “Dios está ahí”.
Pero puede encontrarlo aquí. No tiene que dar media
vuelta al mundo al último lugar donde han surgido ciertos
fenómenos. Por favor no piense que tiene viajar por todo el
mundo para encontrar a Dios. Es trágico, pero nos hemos
metido en esa obsesión.
Note, también, que para la tercera señal hay dos cosas que
no han ocurrido. Primero, Cristo aún no ha vuelto, no importa
los rumores que escuche; y habrá rumores. No los escuche.
No salga de donde está, quédese donde está. Es la tercera
señal, pero aún no es el momento. La otra cosa que quiero
que note con cuidado es que los cristianos no se han ido
todavía. Esto es muy importante. Hay una falsa enseñanza
que ha cautivado a miles de cristianos en todo el mundo.
Ha sido exportado principalmente desde Estados Unidos,
pero fue exportado primero desde Gran Bretaña a Estados
Unidos alrededor del año 1830. Era la idea de que, antes de
la Gran Aflicción, Cristo vendría en secreto y sacaría a los
cristianos del mundo antes que ocurrieran estas cosas. Pero
no encuentro ninguna traza de esto en estas señales. ¿Usted?
Jesús dice: “No se muevan de donde están”. Él no viene
para sacarnos del mundo antes de la Gran Aflicción. No hay
una sola afirmación clara en el Nuevo Testamento en este
sentido. Ha sido construido sobre una serie de deducciones
lógicas de las escrituras usando la razón humana. Si quiere
conocer todas esas razones, consiga mi libro Cuando vuelva
Jesús. Una cuarta parte de ese libro está dedicada a siete
argumentos que dicen que Jesús nos sacará del mundo antes
que llegue la Gran Aflicción. Son todas deducciones lógicas
humanas de las escrituras. Pero ninguna está realmente en
las escrituras, que es la razón por la que nunca he podido
encontrarla. El estudio de los últimos tiempos se denomina
“escatología”, pero yo denomino esa visión “escapología”,
la idea de que todos escaparemos a la Gran Aflicción. No
se lo trague. Use sus ojos para estar alerta a las señales que
Jesús nos dio. No use sus oídos para escuchar rumores, ni
siquiera una enseñanza que lo engañe con relación a la clara
Palabra de la escritura.
Jesús nos da una advertencia sobre los falsos profetas
y los falsos mesías. Los falsos profetas traerán señales y
maravillas. Esto engañará a muchas personas, porque el
diablo puede producir milagros. Hay poderes demoníacos
a nuestro alrededor. Necesitaremos discernimiento en los
últimos tiempos, tanto como cualquier otro don del Espíritu,
para discernir si las señales y maravillas son divinas o
demoníacas. Serán una cosa u otra. El anticristo estará
acompañado por una figura religiosa, un falso profeta que
respaldará al anticristo realizando señales y maravillas.
Jesús
nos advierte que no seamos engañados por ministerios que
tienen señales y maravillas. Discierna si son realmente de
Dios. Incluso, me atrevo a decir, si realmente ocurren. Puede
parecer que están ocurriendo, pero no están. No se deje
engañar. Una vez más, está esta advertencia: “No se dejen
engañar”. Es como si, en los últimos tiempos, cuando venga
la confrontación final entre el reino de Dios y el reino de
Satanás, entre el trigo y la cizaña, el mayor peligro para los
cristianos será ser engañados. La decepción es siempre una
sutil mezcla de verdad y error. Usted no será engañado por
mentiras; será engañado por medias verdades. Es ahí que
cuando uno debe mantenerse estrictamente con la Palabra
de Dios.
Si usted está preocupado por lo que estoy diciendo,
entonces lo mejor que puede hacer para estar listo es
conocer toda la Palabra de Dios. Es un balasto en el barco,
lo mantiene firme, y usted tendrá un mejor discernimiento
de lo que está ocurriendo cuando conozca realmente toda la
Biblia. Ese es el sentido de leerla una y otra vez hasta que su
perspectiva se vea modelada por ella. Es la mejor protección
que recomiendo.
Corrie ten Boom tuvo una experiencia terrible. Su familia
ocultó a judíos de los alemanes en una pared falsa. He estado
en su casa y he visto esa pared. Solo quedaba un espacio
pequeño. Los judíos que estaban escondidos se acurrucaban
en ese espacio angosto en el fondo de un armario. Corrie
escondió los judíos porque su padre era un gran cristiano
que creía sólidamente en la Palabra de Dios. Pero luego
fueron traicionados por un amigo, y los alemanes fueron y
encontraron a los judíos escondidos. Corrie y su hermana,
por cierto, toda la familia, fueron llevados a campos de
concentración. La única que sobrevivió fue Corrie. Tuvo una
experiencia asombrosa en ese lugar. Estaba con su hermana,
que tenía una enfermedad que requería cierto remedio cada
día. Aun cuando fue desnudada por completo, Corrie logró
traer una botella con el remedio para su hermana. Le daba
una dosis cada día y mantuvo a su hermana viva. Pero
encontró que en la misma choza había varias otras personas
que sufrían de la misma enfermedad, y ella tenía el remedio
suficiente solo para su hermana. ¿Qué debía hacer como
cristiana? Decidió dar el remedio a todos los que estaban
sufriendo. Era solo una botellita. Lo compartió toda una
semana, luego otra semana, y todo un mes, otro mes, y otro
mes, y al compartirla la botella nunca estuvo vacía y el
remedio se multiplicó. ¿No es hermoso? Con el tiempo su
hermana murió y ella fue la única de la familia que quedó.
Después que la liberaron, viajó por todo el mundo como
lo que ella denomina “una vagabunda para el Señor”, y
compartió su testimonio. Un día notó al fondo del público
al que estaba hablando el oficial del campo de concentración
que la había tratado cruelmente, a ella y a los demás. Sintió
que no podía hablar a ese hombre, que debía salir de la
reunión lo más rápido posible después de hablar. Pero Dios
le dijo que fuera al hombre, que le diera la mano y que lo
perdonara. Una hermosa mujer.
Fue a China y encontró a muchísimos cristianos ahí
que estaban sufriendo terriblemente, a los que misioneros
estadounidenses habían enseñado que Dios los sacaría del
mundo antes que comenzara la Gran Aflicción. Estaban
experimentando ahora la Gran Tribulación en una escala
local, y era duro. Corrie ten Boom se propuso entonces que
viajaría por el mundo preparando a los cristianos para la Gran
Aflicción, y fue lo que hizo. Dijo: “Me estoy preparando para
la Gran Aflicción aprendiendo la Biblia y almacenando la
Palabra de Dios en mi corazón”. La Gran Aflicción le llegó
personalmente. Tuvo una apoplejía terrible, que la dejó
totalmente paralizada, sin poder comunicarse. Perdió todos
sus sentidos y estuvo en un estado comatoso durante los
últimos años de su vida. Me enteré solo después que murió
que había dos cosas que le llegaban. Una era su sobrino,
Peter van Woerden, tocando el violín. Si usted ha leído su
historia, sabrá que él era el niño que tuvo que vestirse de niña
para pasar en bicicleta frente a los alemanes. Este hombre
hermoso tocó el violín mientras estaba en coma, y ella se
movía y respondía a la música. Pasó horas tocando el violín
en su casa a orillas del lago de Ginebra.
La única otra cosa a la que respondía ella en esos años
finales —y es un gran honor para mí— eran las cintas de mis
enseñanzas sobre la Biblia. No lo sabía en el momento, pero
se la hacían escuchar durante horas. Ella mostraba alguna
respuesta, porque había guardado la Palabra de Dios en su
corazón. Fue su viaje a China que le mostró lo engañoso
que era esta enseñanza sobre el Rapto, que los cristianos no
necesitaban prepararse para la Gran Aflicción.
Prefiero estar equivocado de mi forma que en la otra
forma. Prefiero decir a la gente que esté lista y encontrar
que no tienen que hacerlo que decirle que no pasarán por la
aflicción y encontrar que la pasarán. Realmente estaría sobre
mi conciencia. Creo que el Nuevo Testamento es claro. Jesús
dijo: “Estén alerta a estas señales”. Y está es la señal número
tres. El problema es que cuando hay un cadáver, los buitres
se reunirán. Lo que quiere decir realmente es que cuando
estos desastres vengan habrá muchas personas intentando
sacar provecho de esto. Así que tenga cuidado y esté alerta.
Luego Jesús dijo que la cuarta señal de su venida vendrá
inmediatamente después. Así que sabremos cuando él viene.
Estaremos listos. Cuando esos tres años y medio de gran
aflicción finalicen, la señal que siga vendrá inmediatamente.
Cuando llegue esa señal no habrá peligro de falsos profetas
y falsos mesías. No habrá decepción, porque será demasiado
rápido. Lo que ocurrirá es que toda la luz natural será
apagada. El sol se oscurecerá. Las estrellas caerán. Hay
muchas predicciones de esto a lo largo de toda la Biblia.
Isaías lo predice: “Se enrollará el cielo como un pergamino”.
Toda la luz desaparecerá, lo cual dejará al mundo en
completa oscuridad aparte de la luz artificial. Las personas
se preguntarán: “¿Qué está ocurriendo? ¿Qué pasa?”. Los
cristianos dirán: “¡Es esto! ¡Prepárense! Hemos llegado a
la última señal”.
De niño me llevaron al Teatro Real en Newcastle on Tyne.
Fue mi primera pantomima, mi primera visita a un teatro.
Estaba muy excitado. Estábamos sentados, esperando, y
las luces del teatro comenzaron a apagarse, una tras otra,
hasta que estábamos todos sentados en la oscuridad. Lo
recuerdo vívidamente. Mi pequeño corazón estaba latiendo:
“Es tan emocionante, comenzará en cualquier momento
ahora”. Luego se corrieron las cortinas y dejaron ver un
escenario iluminado brillantemente. Ahí estaba el héroe, en
el centro del escenario, con personas alrededor de él. Todo
fue apasionante de ahí en adelante. Es exactamente lo que
ocurrirá. Todo el mundo estará en oscuridad y todo estará
por comenzar. Jesús luego dijo: “Cuando vean todas estas
cosas…” Uno sabe que él está a la puerta, a punto de entrar,
a volver a entrar en el escenario de la historia. Comienza
con un relámpago del este al oeste. Todo el mundo será
iluminado por un relámpago. Habrá una luz nítida, repentina
y sobrenatural del este al oeste. Será un viento húmedo, no
seco. Aquí le estoy dando el pronóstico del clima para el día
que vuelva Jesús. Pero no habrá nubes a menos que el viento
tenga cierta dirección. Él vendrá en las nubes. Él hace de las
nubes sus carrozas. Volverá exactamente de la misma forma
que partió. He dicho a algunas personas que la tumba de mi
abuelo tiene una lápida que dice: “David Ledger Pawson”.
Tomo mi nombre de él. Tiene su nombre y la fecha de su
muerte (in 1934, cuando solo tenía cuatro años, así que
apenas lo conocí. Era un verdadero predicador.) Debajo
hay tres palabras: “What a meeting!” (¡Qué reunión!). No
es una cita de la Biblia, sino de un viejo himno metodista,
porque él era un pastor metodista. Es un himno acerca de
la segunda venida, porque todos nos reuniremos con él,
su primer vuelo gratuito a la Tierra Santa. Su pueblo será
24
reunido de todo el mundo para encontrarse con él en el aire;
ese es el rapto. Esa palabra viene de la vieja traducción en
latín de 1 Tesalonicenses 4: “Todos seremos arrebatados
para encontrarnos con él en el aire”. El verbo en latín para
“arrebatar” es rapto, de donde obtenemos nuestra palabra
“rapto”, como cuando uno es arrebatado por los sentimientos.
Así que la palabra “rapto” es correcta, pero la teología
construida alrededor de “el rapto” cree que ocurrirá antes
de la Gran Aflicción. Pero Jesús no volverá dos veces. En
mi Nuevo Testamento él vuelve una sola vez. Es ahí cuando
ocurrirá el rapto y seremos arrebatados para encontrarnos con
él. Es ahí cuando dejaremos la situación en la que estemos
y seremos tomados con él en el aire.
La última señal justo antes que ocurra esto es que el sol, las
estrellas y la luna dejarán de brillar. Dios apaga las luces en el
cielo para prepararse para el resplandor de luz del relámpago
que anunciará su retorno. Luego Jesús viene en las nubes de
vuelta al planeta Tierra, y nos encontraremos con él. Dado
que habrá una multitud bastante grande no nos reuniremos
en un estadio terrestre; no hay uno suficientemente grande.
Nos reuniremos en el aire, donde hay lugar suficiente. ¿No
es una perspectiva emocionante? No es una especulación.
Es la verdad.
Hay cuatro señales, y él dice: “Cuando vean todas
estas cosas sabrán que está a la puerta, a punto de hacer
su entrada”. Luego hace una afirmación sencilla sobre
una higuera, y es aquí donde muchos cristianos se han
equivocado. Él dice: “Cuando vean las higueras y las
ramas tiernas y las hojas apareciendo, saben que llega el
verano”. Dice que cuando veamos que ocurren todas estas
cosas sabremos que ha llegado el momento. Ahora bien, esa
analogía de la higuera no es una alegoría. Es una analogía
muy simple de la experiencia cotidiana, como hacía Jesús
frecuentemente en su enseñanza. Uno ve que la higuera
25
hace esto, dice que el verano viene, y vendrá. De la misma
forma, cuando uno ve estas cuatro señales sabe que llega el
verano. Lamentablemente, las personas lo han leído como
una alegoría. Dicen, correctamente, que en el Antiguo
Testamento Israel es comparada con una higuera. Entonces
lo introducen en el versículo y dicen: “Cuando uno vea a
Israel floreciendo”, y de esa forma incorporan a Israel en
las señales de su venida.
Pero incorporan a Israel en un lugar completamente
incorrecto. Si Israel fuera mencionado sería mucho antes,
entre las cuatro señales. Pero viene luego del cielo oscurecido
y el regreso de Cristo. No es Israel en absoluto. Mi prueba
para esto es muy sencilla. En Lucas 21 hay una versión
diferente y más completa de esta afirmación. Lucas ha
recordado todo lo que dijo Jesús, y dice: “Cuando vean la
higuera y los demás árboles floreciendo, saben que él está
cerca”.
Es muy diferente. ¿Qué son “los demás árboles”? Muy
sencillamente, los demás árboles. La higuera es el primer
árbol en florecer, y muy rápidamente todos los demás árboles
siguen en Israel. Lucas ha registrado la versión completa.
Esto no significa que Mateo lo ha registrado mal. No lo hizo.
Él recordó la higuera, y eso es lo importante. Siguen siendo
verdadero “cuando vean que florece la higuera”, pero no
está diciendo “cuando vean florecer a Israel”. Sin embargo,
me encuentro con cientos de cristianos que me dicen que
esto se refiere a Israel, y que el florecimiento de Israel es la
señal de que Cristo viene. Esto ha llevado a muchos a decir:
“Debemos estar en los últimos tiempos de todos”, y esperan
que Cristo dé la vuelta a la esquina mañana. Ha producido
pánico es algunas personas.
La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre. Estarán dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo: una será llevada y la otra será dejada. Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen. ¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo? Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes. Pero ¿qué tal si ese siervo malo se pone a pensar: “Mi señor se está demorando”, y luego comienza a golpear a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos? El día en que el siervo menos lo espere y a la hora menos pensada, el señor volverá. Lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los hipócritas. Y habrá llanto y rechinar de dientes. Mateo 24:37-51 (NVI)
En el resto de este sermón Jesús cuenta tres parábolas. Está
la parábola de las jóvenes solteras prudentes y las insensatas,
las jóvenes prudentes cuyas lámparas seguían ardiendo
cuando llegó el novio y las damas de honor insensatas
cuyas lámparas se habían apagado. Ellas se habían ido para
tratar de conseguir algo de aceite y se perdieron la llegada
del novio, así que fueron dejadas afuera de la boda. Luego
contó la parábola de las monedas y habló de que algunos
recibieron cinco mil monedas, algunos dos mil y algunos
mil. El amo se fue y cuando volvió preguntó: “Ahora, ¿qué
hicieron con las monedas que les dejé?”. El hombre con
cinco mil dijo: “Conseguí cinco mil más”. El hombre con
dos mil dijo: “Tengo otros dos mil”. El hombre con mil dijo:
“No he hecho nada con las monedas. Las enterré porque sé
que usted es un hombre duro y cosecha donde no sembró y
quiere dinero de mí”. ¡Qué cosa terrible que dijo! Vemos lo
que dijo Jesús y lo que el amo le dijo al hombre.
El pasaje final no es una parábola, sino una predicción
directa, que incluye una analogía entre las ovejas y las cabras.
Si usted va a Israel, verá que las ovejas y las cabras pastan
juntas. Las cabras son negras y las ovejas son blancas, y son
fácilmente reconocibles. Cuando llega la noche, como las
ovejas no son tan robustas como las cabras, el pastor, cuando
se pone el sol, las divide y pone a las ovejas en un recinto
amurallado, un redil para ovejas, y deja a las cabras afuera,
porque pueden soportar el frío y el clima malo. Es muy
vívido en Israel. Uno ve la Biblia frente a sus propios ojos.
Terminó esa parábola hablando de dividir naciones, a todos,
y diciéndoles por qué los dividía, porque a su mano izquierda
están los que ignoraron a Cristo en los cristianos. En la medida
que no ayudaron al menor de ellos, sus hermanos, no lo
estaban haciendo para él. Pero a las personas a su derecha les
dijo: “Ustedes vieron a Cristo en mis hermanos, y en la medida
que lo hicieron al menor de estos, mis hermanos, lo hicieron
a mí”. No está dividiendo a personas entre los que hicieron
obras filantrópicas y los que no lo hicieron. La clave es el
significado de la palabra “hermanos”. Cuando Cristo decía
“hermanos” siempre se refería a sus propios seguidores. “Ve
y diles a mis hermanos que he resucitado”. En la enseñanza de
Jesús, la palabra “hermanos” es clave. Significa “los que me
siguen”. Está diciendo simplemente: “Lo que ustedes hayan
hecho a cristianos —o no hayan hecho a ellos— fue hecho
a mí o para mí —o no para mí´. Su actitud hacia Cristo está
revelada en su actitud hacia los cristianos, y ese es el principio
mediante el cual son divididos.
Ahora consideremos todo lo que hemos visto en el
pasaje. Primero, hay una advertencia de que nadie tiene la
agenda de Dios, que ni siquiera Jesús conocía la fecha de
su regreso. Los ángeles no lo sabían, y ningún hombre la
conocía. Debemos tener una ignorancia saludable de la fecha
de su regreso. Cuando estemos más cerca del tiempo, al
estar alertas a las señales, sabremos. Pero no sé al momento
cuándo volverá, porque no todas las señales han aparecido.
Estoy alerta por ellas. La primera señal está clara, la segunda
se está volviendo clara, la tercera no ha ocurrido y la cuarta
sin duda no ha ocurrido. De modo que no sé si estoy en
los últimos días de todos o no. No puedo predicar eso, así
que me temo que no uso la expresión “últimos días” en mi
predicación, porque creo que transmite la impresión de que
estamos en la última generación, y que en cualquier momento
lo veremos. Si yo creyera eso, ciertamente yo sería diferente.
Esto me lleva al segundo punto importante. ¿Notó que
en la parábola de la casa (Mateo 24: 45-51) de las jóvenes
solteras y la parábola de las monedas, aparece una frase en
cada una? El siervo malo dice “Mi señor se está demorando”,
el novio “tardaba en llegar” y la persona que entregó las
monedas volvió “después de mucho tiempo”. La verdadera
prueba de que uno está listo para Cristo cuando vuelva no es
lo que esté haciendo cuando regrese. No es lo que uno hace
en los tres años y medios últimos, cuando sabe que volverá.
Es lo que hace ahora, cuando se ha ido mucho tiempo: si ha
sido un siervo fiel, si ha mantenido la lámpara encendida
y si está usando los talentos que le dio. Esa es la verdadera
prueba. Porque cuando vuelva no está interesado en lo que
haga en ese momento. Si usted está recién empezando a
arreglar las cosas y a vivir la vida cristiana en ese momento,
o aun en los últimos tres años y medio, él quiere decir que
usted no está listo para su llegada. Lo que él está buscando es
su fidelidad cuando estuvo ausente mucho tiempo. Es eso lo
que quiere. Él dirá a los que se han mantenido fieles todo el
tiempo que estuvo ausente: “Bien hecho, buen y fiel siervo.
Entra en el gozo de tu Señor”. Hay una recompensa ahí.
El dueño de casa volvió y encontró al siervo fiel que
había estado cuidando la comida y los otros siervos. Habló
al mal siervo quien, porque el amo estuvo afuera mucho
tiempo comenzó a desviarse, y comenzó a comer y beber con
borrachos, y a golpear a los demás siervos diciendo: “Está
bien, no volverá en mucho tiempo”. Cortará a esa persona
en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas, donde
habrá lloro y crujir de dientes. Ese es el idioma que Jesús
siempre usaba para el infierno. Ese hombre había sido un
siervo en la casa de Dios y termina en el infierno. Este es,
nuevamente, un pasaje que me dice que la expresión “una vez
salvo, siempre salvo” no es verdad. Era un siervo del Señor y
terminó ahí. Yo temo ir al infierno. Soy un cristiano y estoy
sirviendo al Señor, pero sigo temiendo el infierno, porque la
mayoría de las advertencias de Jesús sobre el infierno fueron
dadas a creyentes nacidos de nuevo. Habiendo predicado a
otros, yo no quiero ser descalificado.
Note las diez jóvenes solteras prudentes y sensatas. Solo
para alivianar las cosas, había un predicador en Londres que
hizo una pregunta retórica a su congregación. Señalando a
la galería en la parte superior de la iglesia, dijo: “Ustedes,
jóvenes, en la galería, ¿dónde preferirían pasar la eternidad?
¿Con las jóvenes solteras prudentes en la luz o las jóvenes
solteras insensatas en la oscuridad?”. Obtuvo una respuesta
unánime de los jóvenes en la galería, y lo hicieron en voz alta.
¡Uno tiene que tener cuidado cuando hace preguntas retóricas!
Para ser serios, todas estas damas de honor habían sido
invitadas a la boda y estaban listas para ir, habían aceptado la
invitación, y ahora la mitad de ellas habían quedado afuera,
en la oscuridad. Es una parábola seria. La pregunta no es:
¿es usted una dama de honor del Novio? No es: ¿forma parte
usted de la Esposa de Cristo? No es: ¿ha estado ardiendo la
lámpara previamente? La pregunta es: ¿estará su lámpara
ardiendo aún cuando él vuelva? Es una pregunta importante.
No se trata de si usted fue convertido veinte o treinta años
atrás. Es: ¿aún está ardiendo para el Señor? ¿Aún sigue
siendo una luz que brilla para él? No importa realmente lo
que ocurrió veinte años atrás. ¿Sigue estando listo usted?
En la parábola de las monedas, es muy interesante que
el hombre que tenía solo mil monedas las enterró. Algunos
cristianos miran a otros cristianos con más talentos que los que
tienen ellos y entierran su talento. Tal vez tenga un solo don
para cuidar, pero lo entierran porque otros tienen más. Cuando
venga Cristo, no le importarán todas las demás personas. Le
preguntará a usted: “¿Qué hiciste con lo que te di? ¿Obtuve
algún interés?”. Dijo a este hombre: “Por lo menos podrías
haberlo puesto en el banco, y habría tenido algún interés”.
Es un comentario interesante de Jesús, sobre la inversión,
pero lo que está diciendo es: “¿Qué estás haciendo? Sí,
tal vez te di un solo don, pero esperaba que lo usaras.
Esperaba una ganancia de ese don”. El hombre con un
don dijo: “Eres un hombre duro. Esperas cosechar donde
no sembraste. Esperas que produzcamos intereses para
ti”. ¡Qué queja extraordinaria! Su amo respondió: “Siervo
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malvado y holgazán. ¿Así que sabías que cosecho donde
no he sembrado y recojo donde no he esparcido semillas?
Bueno, entonces tendrías que haber puesto mi dinero en un
depósito con los banqueros, de modo que, cuando volviera,
lo pudiera haber recibido de vuelta con interés. Tomen sus
mil monedas y dénselo al que tiene las cinco mil monedas,
porque a todo el que tiene se le dará más, y tendrá en
abundancia. Pero el que no tenga [con el significado que no
tiene nada que mostrarme de lo que ha hecho], aun lo que
tenga se le quitará. Y arrojen a ese siervo inútil afuera, en la
oscuridad, donde habrá lloro y crujir de dientes”.
Aquí tenemos a una persona creyente a la que se la ha
dado un talento para que sea usado para el Señor, y que no
ha hecho nada con él y no tiene nada que mostrar para ese
talento. El final es el infierno. Cada vez que Jesús habla de
la oscuridad y el lloro y el crujir de dientes está hablando del
infierno. De nuevo, aquí hay un creyente que termina en el
infierno porque no usó el don que se le había dado de modo
que Jesús obtuviera algún beneficio por haberlo invertido.
Estas son todas cosas serias. Significa muy sencillamente que,
cuando vuelva Jesús, habrá una separación de las personas en
la iglesia, en el reino. Habrá señales antes que vuelva, pero
cuando vuelva habrá una separación entre creyentes, entre los
que están listos para su regreso habiendo sido fieles durante
el largo tiempo que estuvo ausente. No lo puedo expresar de
una manera más sencilla. Algunos recibirán una bienvenida
y se les dará más responsabilidad como recompensa, y serán
puestos a cargo de toda la casa. Dice en una parábola: “Y a
otros pondré a cargo de diez ciudades ahora”. Cuando Jesús
vuelva lo recompensará con más trabajo. ¿No es apasionante?
Bueno, si no le gusta trabajar, no se entusiasmará.
Había un científico brillante que trabajó durante años
en un viejo galpón bajo condiciones duras para hacer un
descubrimiento que beneficiaría a la humanidad. Después
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de años de trabajar bajo estas malas condiciones en su
galpón, descubrió lo que nos ha beneficiado a todos. Como
recompensa, el estado le construyó un nuevo laboratorio
con todas las comodidades y todos los aparatos que podría
desear. Dijeron: “Esta es su recompensa por hacer ese
descubrimiento bajo esas malas condiciones”. Cristo dice:
“Has sido fiel. Aquí tienes más. Has sido bueno cuidando
poco. Aquí tienes más”. Las personas que han sido fieles
cuidando un poco de dinero para Jesús recibirán más dinero.
No para gastar, sino para usar para él.
Voy a suponer por un momento que usted es un cristiano.
No significa que esté a salvo. Habrá esa separación en su
venida entre los fieles que han seguido haciendo lo que les dejó
para hacer, no importa cuánto se haya demorado su venida,
que han recordado cada día que volverá y que han mantenido
el trabajo y han soportado el sufrimiento y han sido siervos
buenos y fieles, y los que, como no ha vuelto rápidamente,
han caído en malos caminos, se han emborrachado con otros,
su lámpara se ha apagado y ya no brillan para Jesús y han
enterrado sus talentos. Jesús separará esos dos grupos. La
Biblia lo llama el tribunal de Cristo. Pablo se refiere a esto en
2 Corintios 5. Dice: “Es necesario que todos comparezcamos”
[está hablando a cristianos] “ante el tribunal de Cristo, para
que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno
o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo”. Los
cristianos comparecerán ante un tribunal y podrían terminar
en el infierno. Espero que, cuando llegue ese día, usted esté
del lado correcto. De eso se trata todo. Yo no enseño acerca
de la segunda venida para satisfacer la curiosidad de la gente
acerca del futuro, sino para que la gente esté lista para el día
cuando vuelva el Señor.
Notas
1 Forma de denominar a los seguidores de la Iglesia de la Unificación.
2 “la mayoría” (NIV inglesa), “muchos” (NVI)
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