Israel es una tierra por la cual, repetidamente en la Biblia, DIOS se refiere de forma única, profética y redentora como “Esto es mío”. DIOS se refiere a Israel como no lo hace por ninguna otra tierra en el mundo.
Israel fue creado para ser luz a los Gentiles. En sus inicios la Iglesia era práctica y totalmente judía y así se mantuvo hasta que el evangelio comenzó a extenderse a Antioquia, donde se fundó la primera congregación Gentil, y la que sirvió de base para que el evangelio se extendiera por todo el mundo.
En el libro de Romanos, capítulos 9 al 11, el apóstol Pablo aborda el papel de los Judíos de acuerdo al propósito y providencia de Dios. Estos tres capítulos se destacan, dentro de toda la Biblia, como una digresión sobre la teología de los designios de Dios con los judíos. Los judíos fueron el “primer fruto”, el “primer pueblo” (por medio de Abraham) en comprender al Dios del pacto. Entonces, transmitieron la riqueza de esa verdad al mundo y a través de su intervención el Mesías vino al mundo. La palabra de Dios denomina a los judíos como la raíz y a los Gentiles como las ramas. Se nos recuerda que “por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie” Así que no te jactes, sino teme, porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.” Cuando la plenitud de los Gentiles haya entrado entonces “todo Israel será salvo” (Rom. 11: 16-27).
Vivimos en un momento crucial de la historia que nos exhorta, como creyentes en Jesús, a tomar una posición de apoyo a Israel. Podríamos ser el pueblo de los últimos tiempos. No debemos ser pasivos frente a la profecía, estamos llamados a orar con pasión, a interceder, a ministrar de acuerdo con las palabras del Salvador quién afirmó que no es nuestra tarea especular sobre cuándo vendrá el fin. Es nuestra responsabilidad conducir los asuntos del Reino hasta que Él venga. (Lucas 19:13)
Esto no se trata de política sino de la Palabra de Dios, sin embargo las derivaciones políticas son extremadamente asombrosas. Las Escrituras declaran que llegará el momento en el que todas las naciones del mundo se volverán en contra de Israel. Dado que es muy posible que esto ocurra en nuestro tiempo es de suma importancia subrayar el por qué debemos pronunciarnos a favor de Israel el día de hoy.
Ocho Motivos Por Los Que Debemos Apoyar A Israel
1. Cada creyente debe tener a los judíos como prioridad en su escala de valores y estar sinceramente agradecido por la obra que Dios ha hecho a través de ellos como pueblo.
El entender la base de nuestra atención por los Judíos tiene que ver con el entendimiento del orden divino de Dios y de las cosas que Dios ha dicho; esto involucra un pueblo y una tierra.
- Cada creyente es responsable de tener a los judíos como una prioridad en su escala de valores por que Dios así lo ha hecho. ß El Señor eligió a un pueblo. Comenzó eligiendo a un hombre llamado Abraham. El Señor dijo que a través de la semilla de Abraham (en unión con su esposa Sara dando a luz al hijo prometido, Isaac) todas las naciones de la tierra serían benditas. Todo ser humano tendría acceso a la divina bendición del Dios Todopoderoso.
- En Génesis 12:3, el Señor dice al pactar con Abraham: “Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” ß Esto no sólo se refiere a un pueblo (los judíos), sino que se refiere a una tierra (Israel).
- Dios juzgará a las naciones y lo hará por sus decisiones, tal y como lo hace con los individuos.
- El Señor los eligió con propósito: “…que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Ley, el culto y las promesas. A ellos también pertenecen los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. (Romanos 9:4 y 5)
- La Adopción: La elección divina de la semilla de Abraham como pueblo.
- La Gloria: La manifiesta presencia de Dios revelándose.
- Los Pactos: Los compromisos que Dios hace.
El Pacto Abrahámico: Dios dice, “ Te daré un pueblo y una tierra, y a través de esta semilla las naciones de la Tierra serán benditas” (Génesis 17)
El Pacto Mosaico: La revelación de la ley, dada como una enseñanza, nos dirige a Cristo: la redención por la sangre del Cordero.
El Nuevo Pacto: En Jeremías y Ezequiel, Dios dice en palabras casi paralelas: »Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, y pondré mi espíritu en ti”
El Pacto Mosaico: La revelación de la ley, dada como una enseñanza, nos dirige a Cristo: la redención por la sangre del Cordero.
El Nuevo Pacto: En Jeremías y Ezequiel, Dios dice en palabras casi paralelas: »Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, y pondré mi espíritu en ti”
El Gran Obsequio: la maravilla del obsequio es Jesús a la humanidad. Dios nos amó tanto que nos dio a su hijo unigénito. Dios lo dio a través de los judíos y llegó como un judío. Jesús mismo, hablándole a la mujer samaritana dijo “La salvación viene de los Judíos”.
Por lo tanto, las Escrituras nos dicen claramente que estamos tratando con las raíces de todo lo que tiene que ver con las revelaciones de Dios a la humanidad. La prueba de ello radica en la misma existencia de los judíos como pueblo y en el hecho de que han sido recuperados como nación. Hoy la lucha es por Jerusalén, por Israel, y por la presencia de los judíos y su derecho a tener una tierra.
Existen pocas naciones dispuestas a adquirir el compromiso serio de permanecer al lado de los Judíos e Israel, pero la Biblia afirma que Dios honrará a aquellas que lo hagan.
2. Según la Palabra, nuestro lugar en el orden presente de Dios nos conecta como pueblo de manera inevitable con los Judíos y por consecuencia con la tierra de Israel.
Cuando ponemos nuestra fe en el Redentor, quien vino por medio de los Judíos, entramos a ser parte de aquellos que han confiado en Dios de acuerdo con su gracia revelada y propósito redentor.
- Las Escrituras declaran que espiritualmente hablando, cuando recibes al Señor te vuelves Judío. (Romanos 2:28-29; Gálatas 3:26-29). ·
- Si eres creyente, no puedes ser consistente con las Escrituras y a la vez tomar una posición indiferente hacia los judíos e Israel.
3. DIOS ha hecho declaraciones únicas con relación a la Tierra de Israel que jamás serán revocadas:
- Levítico 25:23 - La tierra es tierra del Señor, y es suya para cederla y disponer de ella: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es, y vosotros como forasteros y extranjeros sois para mí”
- Deuteronomio 32:43 - »¡Alabad, naciones, a su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, tomará venganza de sus enemigos, y hará expiación por la tierra de su pueblo!»
- 2 Crónicas 7:20 – Dios dice, si mi pueblo peca contra mi, “yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; arrojaré de mi presencia esta Casa que he santificado a mi nombre, y la haré objeto de burla y escarnio entre todos los pueblos.”
- Salmo 85:1-2 - “Fuiste propicio a tu tierra, Señor; volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la maldad de tu pueblo; todos los pecados de ellos cubriste.” ·
- Isaías 8:8 – Esta tierra pertenece al Dios Padre y es la tierra de Su Mesías “y, pasando por Judá, inundará y seguirá creciendo hasta llegar a la garganta. Luego, extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, Emanuel.” ·
- Jeremías 2:7 – El Señor le dice a su pueblo cómo ellos serán la perdición y la destrucción de Jerusalén. “Os introduje en tierra de abundancia, para que comierais su fruto y sus bienes; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad”
- Ezequiel 38:16 – Dios le está hablando a la gente que en los últimos tiempos se levantará en contra de Israel. Dios está hablando de una confrontación que tendrá lugar en Su tierra. “y subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubra la tierra. Así será al cabo de los días: yo te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan cuando sea santificado en ti, Gog, delante de sus ojos.”
- Joel 1:6, 2:18, 3:2 – Tres veces en este libro, la tierra es referida como pertenencia del Señor. “Porque un pueblo fuerte e innumerable subió a Mi tierra.” (1:6) “Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.” (2:18) “reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat; allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, de Israel, mi heredad, a la cual ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.” (3:2)
- Oseas 9:3 – Esto se refiere a la dispersión de Israel, “No se quedarán en la tierra del Señor, sino que Efraín volverá a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.” Zacarías 9:16 – “El Señor su Dios, los salvará en aquel día como rebaño de su pueblo, y como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.”
Cuando hablamos acerca de Israel, nos referimos primero, a una propiedad sobre la cual Dios se ha pronunciado y segundo, al pueblo de Dios, el cual Dios mismo lo ha dado a la tierra. Este es un asunto de capital importancia para el Creador de todas las cosas y por lo tanto no es algo discutible. Dios ha dicho cosas exclusivamente sobre Israel y que no han sido revocadas.
- No solamente la tierra le pertenece a Dios sino que también Dios la ha entregado a Abraham y a su descendencia a través de Isaac para siempre. (Génesis 17:7-8) ·
- “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento... pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá...” (Isaías 54: 8-10)
- La perdida de gobierno en Israel debido al pecado y su dispersión, no ha alterado el pacto anunciado de Dios de hacerla suya para siempre. (Ezequiel 37: 1-28)
4. El actual conflicto en Israel no proviene de su propia iniciativa ni ha sido perpetuada por una actitud expansionista.
La actitud generalizada en el mundo hoy, considera a los Palestinos como a los débiles, pero Israel esta defendiendo la Tierra que le fue concedida en 1917 y que luego le fue ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. La meta palestina no es asegurar un hogar sino expulsar a Israel por completo. Para crear una corriente creciente de opinión pública contra Israel, las naciones árabes prósperas circunvecinas jamás han ofrecido refugio a los palestinos. La inmensa mayoría del mundo desconoce este hecho y nadie se molesta en divulgarlo debido a que las opiniones están siendo sobrellevadas por otras fuerzas y motivaciones.
5. Apoyar a Israel no es oponerse a los pueblos árabes como una entidad u oponerse a los derechos de los árabes de vivir en Israel de manera próspera, pacífica y políticamente segura.
Dios no se opone a ningún ser humano, mucho menos a los árabes quienes son la descendencia de Ismael, el otro hijo de Abraham. Apoyar a Israel no requiere una posición anti-árabe ni mucho menos exige de nosotros ser indiferentes hacia el prójimo.
6. El rencor implacable de sectores del mundo árabe no se origina en causas meramente políticas, sino que es impulsado por fuerzas espirituales que sólo estarán satisfechas cuando Israel deje de existir.
Las fuerzas opuestas a Israel no son simplemente aquellas a quienes no les agradan los Judíos. Estamos atrapados entre corrientes de “fuerzas espirituales” mayores a la misma humanidad, fuerzas que no pueden ser derrocadas de manera política ni persuasiva. Estas fuerzas solamente pueden ser quebrantadas a través de la oración intercesora en donde los principados y potestades puedan ser desterrados.
7. El mismo espíritu que mueve el rencor igualmente se opone tanto a los Cristianos como a los Judíos y eventualmente, traerá persecución sobre ambos.
Así como lo establecen las Escrituras existen dos testigos que morirán en Jerusalén en el mismo momento del fin (Apocalipsis 11) y sólo han existido dos testigos que han dado la cara por Dios a través de la historia - los Judíos y los Cristianos. Las hostilidades y rencores están dirigidos tanto a los creyentes como a Israel, porque hay un espíritu en el mundo que está en contra de todo lo que se llame Dios y todo que a Dios se refiere.
- Dios como Creador – a quien debemos nuestra adoración.
- Dios como Juez – a quien debemos rendirle cuentas.
- Dios como Redentor – quien se ha revelado a través de Su Hijo Jesús.
- Dios como Legislador Moral para toda la humanidad – a quien debemos responsabilidad de nuestro comportamiento.
8. Una tarea bíblica y una promesa divina nos convocan a mantenernos con fe, con intercesión expectante y a apoyar comprometidamente.
El día de hoy estamos llamados a apoyar a Israel porque podríamos ser el pueblo de los últimos tiempos. El Señor nos ha llamado a ser un pueblo de convicciones bíblicas y morales, caminando con sabiduría y conociendo su Palabra. Él honrará a aquellos que se comprometan en apoyar a la Tierra que ha llamado suya. (Salmo 122:6)
Acciones Que Puede llevar a cabo para “Apoyar A Israel”
- Infórmese en fuentes confiables, evitando intolerancias y “puntos ciegos”. Reconozca la disposición de la prensa popular. Evalúe cuidadosamente la información pero sin paranoia. Familiarícese con los conocimientos básicos sobre la historia del Medio Oriente y en particular, sobre el siglo pasado.
- Acepte con fe continua el llamado bíblico de “Orar por la Paz de Jerusalén”.
- Considere la opción de visitar Israel para orar como un punto de apoyo concreto y práctico.
- Demuestre su amistad hacia sus amigos judíos. Afirme que, como creyente, esta con Israel como parte de su compromiso bíblico con Dios.
- A la vez que reconoce los hábitos terroristas de los musulmanes, compórtese lleno de gracia con otros.
Es importante tomar cartas sobre el asunto ya que se trata de un momento trascendental en nuestro tiempo. El enfrentamiento de todas las naciones de la tierra contra Israel y de quienes aún lo apoyen está muy cercano. El debate final será “¿Quienes están con Jesús y su camino y quienes no lo están?” El Señor nos ha llamado a ser el pueblo que hace contacto con la gente y a afirmarnos con convicciones bíblicas y morales sobre los aspectos mas críticos y este es uno de ellos.
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