El método del libro de Hechos para resolver conflictos en la iglesia.
Por George O. Wood
Yo admiro la honestidad de Lucas por incluir los elementos imperfectos de la iglesia del Nuevo Testamento. Él podría haber escondido estos tempranos pleitos del Nuevo Testamento y decidido dejarnos una impresión de relaciones perfectas en la comunidad llena del Espíritu.
La historia de Lucas nos relata francamente de tres conflictos de la Iglesia Primitiva: los conflictos que surgieron por el tratamiento injusto de las viudas griegas (Hechos 6:1-7), la inclusión de los gentiles (Hechos 15:1-35), y la utilidad de Marcos en el ministerio futuro (Hechos 15:36-41).
Yo admiro la honestidad de Lucas por incluir los elementos imperfectos de la iglesia del Nuevo Testamento. Él podría haber escondido estos tempranos pleitos del Nuevo Testamento y decidido dejarnos una impresión de relaciones perfectas en la comunidad llena del Espíritu.
Hace varios años encontramos una foto de la Casa de Ópera de Hot Springs donde las Asambleas de Dios primero se reunieron y donde se formaron en 1914. Habíamos mandado a hacer un modelo a escala de la casa de ópera para poner en el Flower Pentecostal Heritage Center [Centro de Herencia Pentecostal Flores]. Pero esta foto mostró algo que nadie había visto antes - en la ventana enfrente de la calle fue grabada la palabra Cantina . No sabíamos que la Casa de Ópera había incluido una cantina. Entonces, el asunto que enfrentamos era: "¿Debemos omitir la palabra ofensiva del modelo, o reconocer que empezamos en un lugar que servía bebidas alcohólicas?"
Seguimos a Lucas y permitimos que los hechos salieran a la luz. De la misma manera, los conflictos con los creyentes no deben ser escondidos para fingir que no existen. Cuando los desacuerdos son tratados bien, el resultado final honra a Cristo y su iglesia crece. Hechos nos muestra esto claramente.
Conflicto 1: Justicia social
Hechos 6 empieza, "En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria" (versículo 1, énfasis añadido).
Piense en una situación similar en el Antiguo Testamento. El pueblo de Israel, recién salido de Egipto, comenzó su viaje hacia el desierto quejándose (Números 11:1). La murmuración es el primer paso a la incredibilidad y rebelión intencional.
Las murmuraciones de la Iglesia Primitiva no eran menos serias que las del pueblo antiguo de Israel. Las murmuraciones empezaron después de que la Iglesia Primitiva había visto el poder del Señor en la resurrección de Jesucristo y después del derramo del Espíritu Santo. ¿Sería desviada la entrada a la tierra prometida de la Gran Comisión en su primer paso, de la misma manera que el viaje a Canaán fue desviado en su comienzo?
La murmuración no es algo insignificante. Involucra una violación directa de las enseñanzas de Jesús que las quejas se tienen que llevar directamente a los que están involucrados (Mateo 18:15-17). En cambio, las murmuraciones se juntan con los sentimientos descontentos que son expresados por palabras de una persona a otra. En lugar de buscar una solución, las murmuraciones despiertan la sedición.
En una reunión anual de negocios en la iglesia pacífica que pastoreaba, uno de los miembros más grandes preguntó, "¿Podemos tener un tiempo en esta reunión para expresar quejas?" Obviamente ella tenía una lista de quejas. Yo creo que el Espíritu me dio una palabra de sabiduría.
"Hay un tiempo y lugar," dije yo, "para tratar con problemas y expresar quejas. El último paso es traer la queja a la iglesia entera. El primer paso es hablar directamente con la persona involucrada. Cuando no es posible llegar a un acuerdo, entonces el segundo paso es involucrar al pastor y, si sea necesario, el liderazgo de la iglesia. Solamente cuando no es posible resolver la queja con los primeros dos pasos se debe presentarla a la iglesia. Una sesión de negocios de la iglesia no es el lugar apropiado para expresar libremente las quejas porque tenemos que seguir las instrucciones de Jesús en Mateo 18 para resolver problemas." Yo dije esto con amabilidad, y la querida santa lo recibió abiertamente.
Cada iglesia tiene sus problemas. Ninguna iglesia es perfecta. Si me dieran a escoger, yo preferiría los problemas de una iglesia creciente que los problemas de una iglesia estancada o en decadencia. El primer problema de la iglesia aconteció durante un tiempo de crecimiento dinámico - "En aquellos días, como creciera el número de los discípulos." Comprensiblemente, los líderes llegaron a estar tan ocupados tratando con el crecimiento que tarde o temprano algunas personas estuvieron desatendidas y entonces resentidas. Aquí es como Pedro y los apóstoles manejaron este brote de descontento.
Confesaron francamente que el problema existía
Nada ganamos cuando dejamos que el problema crezca. Macchiavello, el filósofo político italiano del siglo 16, dijo que la sedición es como una enfermedad. En las primeras etapas es fácil de curar y casi imposible de percibir. En las etapas más avanzadas es fácil de percibir y casi imposible de curar. El liderazgo no puede esconderse cuando surgen problemas serios. La sabiduría nos ayuda a saber cuándo dejar que algo muera con el tiempo, o cuando hay que tratar con el asunto. En el caso de Hechos, los apóstoles sabían que ese problema no iba a desaparecerse solito.
Evitaron echar la culpa
Pedro tenía el derecho de enojarse con las personas que estaban murmurando. Podría haberlos regañado por no seguir a Mateo 18, por ser malos ejemplos ante los nuevos conversos llegando a la iglesia, y por su falta de voluntad de sufrir con gozo cuando enfrentaron la persecución.
El pastor de una iglesia de las Asambleas de Dios en el nordeste de los Estados Unidos regañó fuertemente a su congregación un domingo por lo que él percibía como sus muchas faltas. Esquiló, despellejó, cortó, y asó a sus ovejas. Cuando terminó su sermón la congregación sorprendida se quedó callada hasta que un hermano más grande y no muy listo se paró y dijo, "Y así dice el Señor."
Ciertamente, hay un tiempo para corregir, pero no necesitamos corregir cada vez. Y cuando corregimos, se tiene que hacer con gracia.
Pedro, en esta ocasión, decidió no corregir aunque tenía razón para hacerlo. Echar la culpa a las personas generalmente no trae resolución tampoco a un asunto. Evitaron la autocompasión
Pedro y los otros discípulos tenían el derecho de quejarse por todo el trabajo que estaban haciendo —predicando, orando, sufriendo persecuciones, y recibiendo y administrando fondos (Hechos 6:2; 4:35). Imagínese como un liderazgo egoísta habría tratado con este problema.
Ustedes, viudas griegas, deben tener vergüenza. Nosotros los apóstoles estamos trabajando día y noche. Estamos predicando y orando, hemos sido azotados y echados en la cárcel, sirviendo mesas, poniendo todo nuestro esfuerzo para servirles y alcanzar nuevos conversos —y todo lo que ustedes hacen es sentarse y quejarse. Deben tener vergüenza cada una de ustedes. Y al ver muchas de ustedes, no les va a hacer daño perder de unas comidas. Si no les gusta como estamos manejando la iglesia, entonces la puerta por donde entraron es la misma por donde pueden irse. Dios nos ha nombrado para dirigir esta iglesia y si no les gusta, aléjense. Somos los ungidos de Dios, y no se atrevan a molestar a los ungidos de Dios.
Los pastores que usan este tipo de retórica destruyen congregaciones. Su necesidad egoísta de controlar, imponer, y culpar, y su disposición de distorsionar la Escritura para sus propios propósitos, dispersa el rebaño de Dios y destruye el futuro de la iglesia. Durante mi primer año como pastor, la congregación creció de un poco menos de 100 personas a más de 200. Yo tenía 30 años de edad y tenía mucha pasión. Nadie me enseñó en el seminario que la última cosa que se debe cambiar en una iglesia que está creciendo es el cuerpo oficial. Fueron elegidos a servir antes de llegar las nuevas personas.
Yo quería emplear a un pastor asociado. El cuerpo oficial estaba en contra de mi plan, y solamente de mala gana decidieron entrevistar a mi candidato. Aunque les gustó la persona que presenté, no querían añadir la posición. Me enojé mucho —afortunadamente, no enfrente de ellos, pero expresé mis sentimientos a uno de los ancianos fiables. Le dije, "Si ellos no quieren hacer lo que les pido, entonces iré directamente a la congregación. Más personas se han hechos miembros desde que llegué que toda la membresía antes de mi llegada. Tengo los votos, y la congregación puede escoger seguir al cuerpo oficial o a mí."
Él escuchó mi arrebato y no dijo nada. Después de la conversación, yo recogí mi Biblia y me fui al servicio en el santuario. El Espíritu Santo puso cuatro palabras en mi mente que cambio mi forma de pensar, George, no digas nada .
Desde esta noche no dije nada. El próximo sábado en la mañana cuando el cuerpo oficial se juntó todos habían cambiado su decisión y aprobaron por unanimidad (sin ningún esfuerzo por mi parte) aceptar mi recomendación. Este evento me enseñó que si el liderazgo no está unido, la congregación tampoco estará unida. Yo había estado listo de insistir que me dieran lo que quería yo cuando el Espíritu Santo me detuvo. Si yo hubiera seguido peleando la situación, dudo que habríamos experimentado el crecimiento que tuvimos durante los próximos 16 años. El evitar la autocompasión y el deseo de culpar a otros salvó mi ministerio.
Encontraron una solución positiva
El liderazgo nunca debe presentar problemas no resueltas a los miembros a menos que también pueden presentar una solución. Pedro y los apóstoles no solamente dijeron, "¿Qué quieren hacer?" Esto solamente habría invitado más discordia de personas que no habían tratado con el problema en el principio.
En cambio, el liderazgo hizo una propuesta al decir, "Tienen razón. Hemos estado muy ocupados. Hemos descuidado a las viudas. Nosotros los apóstoles necesitamos ordenar nuestras prioridades. Vamos a enfocarnos en la oración y el ministerio de la Palabra. Hay que nombrar a otro grupo de siervos-líderes para tratar con la necesidad." Toma valor reconocer errores.
La iglesia siempre beneficia cuando el liderazgo hace lo que ha sido llamado a hacer y hace posible el ministerio en equipo.
"Agradó la propuesta [de los apóstoles] a toda la multitud" (Hechos 6:5). La iglesia entonces hizo una selección increíble. Las viudas griegas fueron desatendidas entonces escogieron a siete hombres griegos para servir como diáconos.
Cuando hay resolución de conflicto, la iglesia puede salir adelante. Esto es lo que sucedió. Inmediatamente al resolver el problema "crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe" (Hechos 6:7).
Otra consecuencia positiva que resultó de la resolución de este conflicto se debe notar. La relación entre causa y efecto podría ser descrita así: Si no hubiera existido un conflicto en la iglesia, entonces no habría existido diáconos. Si no hubiera diáconos, entonces no habría un Esteban. Si no hubiera un Esteban, entonces no habría un Saulo que consiente en la muerte de Esteban. Si la persecución de Esteban no hubiera llegado a ser un pinchazo en la consciencia de Saulo, entonces no habría viajado a Damasco y llegado a ser Pablo. Si no hubiera un Pablo no habría viajes misioneros y 10 iglesias maravillosas nunca habrían sido comenzadas; ni habría las 13 cartas de Pablo ni los escritos de Lucas y Hechos. Después de todo, era Pablo que encontró a Lucas en Troas (Hechos 16:10).
El resultado final de este conflicto en la iglesia era positivo. Sin ello nos faltaría más de la mitad del Nuevo Testamento. La próxima vez que tiene problemas en la iglesia recuerde que Dios quiere traer una resolución positiva.
Conflicto 2: Doctrina
Durante mis años como pastor, nuestra congregación enfrentó el asunto doctrinal: podrían las mujeres servir en el cuerpo oficial de la iglesia. Gente que yo quería mucho estaba en los dos lados del conflicto. No les diré el resultado, pero sí les diré el proceso. Simplemente usamos el proceso usado en el primer conflicto doctrinal de la iglesia (Hechos 15).
Claramente defina el asunto
No es posible resolver los conflictos hasta tratar con la raíz del asunto. Entonces, es vital desde el principio que todos tengan un entendimiento claro de la discusión venidera. En la Iglesia Primitiva, la definición concisa del conflicto doctrinal fue dada por los fariseos (quienes obviamente no habían dejado su legalismo cuando creyeron): "Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés" (Hechos 15:5).
Al definir claramente el asunto, las personas en Hechos 15 estuvieron preparados para enfrentar el asunto en lugar de simplemente atacar el uno al otro. Ataques ad hominem (contra la persona) matan el diálogo razonable. Los hermanos judíos no llamaban a Pedro, Pablo, y Bernabé nombres feos ni decían que habían cedido al mundo. El grupo paulino se abstenía de recordar a los fariseos de los problemas que causaron para Jesús antes de su conversión, o de su rigidez personal en sustituir la letra de la ley por el espíritu de gracia.
Discusión abierta
Lucas no mencionó qué tan largo estuvo el debate, pero en Hechos 15:7 él escribe que antes de los comentarios de Pedro y el testimonio de Pablo y Bernabé, había "mucha discusión."
Los líderes de reuniones tienen que cuidarse para no tratar de apurar los asuntos. La gente quiere ser tratada justamente. También quieren saber que tienen valor y que sus opiniones tienen valor.
Es fascinante observar que Pedro, Pablo, y Bernabé no participaron inmediatamente en el debate en el principio. Ellos evitaron un error que frecuentemente los que buscan avanzar una causa hacen. La tentación es hablar primero, dar su opinión, y callar la oposición con un discurso aplastante. Pedro, Pablo, y Bernabé dejaron que los demás expresaran sus opiniones antes de expresar las suyas.
Testimonio de líderes dirigidos por el Espíritu
Yo supongo que la discusión completa y abierta consistía en argumentos entre los dos grupos. Los fariseos probablemente citaron las Escrituras del Antiguo Testamento que afirman la circuncisión y la necesidad de guardar la ley. El grupo paulino probablemente respondió citando textos que afirmaron la aceptación de los gentiles, al llamar atención a las prácticas de Jesús de permitir que sus seguidores recogieran trigo en el día de reposo, que comieran con manos no lavadas, y la declaración que todas las comidas eran puras.
Los dos lados aceptaron la autoridad completa de la Escritura pero no podían encontrar un acuerdo en cuanto a su interpretación. Entonces, se detuvieron para escuchar lo que Dios estaba haciendo por medio de los apóstoles. Pedro compartió su experiencia con la casa de Cornelio (Hechos 15:7-11); Pablo y Bernabé contaron "cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles" (Hechos 15:12).
A largo plazo, tanto Bernabé como Pablo tenía razón. Simplemente no tenían razón al mismo tiempo.
Hemos enfrentado también asuntos de interpretación de las Escrituras en esta Confraternidad: la ordenación de mujeres, dando credenciales a los con un divorcio antes de la conversión, y el uso de las nuevas traducciones de la Biblia. Personas en nuestra Confraternidad han expresado opiniones diferentes sobre estos asuntos. Nos escuchamos cuidadosamente y consideramos la Escritura que aplicaba al argumento, pero también vimos lo que el Espíritu estaba haciendo. Déjenme ser claro - la experiencia nunca puede superar o apartar de la Escritura. Sin embargo, cuando los creyentes tienen conflictos en buena fe de cómo interpretar la Biblia, la experiencia también tiene una parte en el proceso de hacer una decisión, justamente como en la Iglesia Primitiva. Jesús prometió que el Espíritu Santo nos guiaría en toda verdad.
Un resultado de ganar–ganar
Santiago, el líder del concilio de Jerusalén, declaró el resultado del consenso, diciendo básicamente "a los que Cristo recibe, que la iglesia no los rechace." Santiago citó Amos 9:11,12, y habló de la extensión de la tienda mencionada en Isaías 54:1-5 como un apoyo de los testimonios dados por Pedro, Bernabé, y Pablo. Los gentiles fueron recibidos en la iglesia sin el requisito de la circuncisión ni la necesidad de guardar la ley.
Sin embargo, mostraron respeto por los fariseos al pedir que los gentiles se abstengan de comer carnes ofrecidas a ídolos, carnes de animales estrangulados, y sangre. Pablo después habló de estos asuntos en su discusión de los hermanos fuertes y débiles (Romanos 14:1 hasta 15:13). Si los gentiles y hermanos judíos iban a comer juntos en compañerismo, era vital que los gentiles no hicieran algo para ofender a los otros participantes. Además, los gentiles fueron mandados a abstenerse de la inmoralidad sexual - un requisito moral que se aplica a todos los creyentes en todos momentos.
En Hechos 15, la decisión nos da este principio: Sea fiel a los principios esenciales del evangelio y tenga flexibilidad con las diferencias que involucran preferencias individuales. Imagínese lo que habría pasado si los creyentes gentiles hubieran dicho, "No. Seguiremos comiendo carne de animales estrangulados. Estableceremos una iglesia en el otro lado de la calle y la nombraremos según nuestra doctrina distinta, "La primera iglesia del pollo estrangulado." Esta actitud habría esforzado a los creyentes judíos a establecer una iglesia llamada "La primera iglesia de pollo no estrangulado."
Frecuentemente, los creyentes se han dividido sobre asuntos inconsecuentes.
Comunique. Comunique. Comunique.
¿Qué beneficio tiene una decisión si nadie la comunica? Una vez que habían tomado una decisión, el concilio de Jerusalén la comunicó claramente al mandar una carta a los creyentes gentiles. Comisionaron a dos de sus propios miembros, Judas y Silas, junto con Bernabé y Pablo, para llevar la carta y expresar verbalmente la decisión.
Los resultados siempre son positivos cuando el pueblo de Dios resuelve sabiamente los conflictos. Observe los resultados buenos: (1) Los gentiles se alegraron y fueron animados, (2) Judas y Silas ministraron en lugares donde nunca habían estado antes, y (3) la Palabra de Dios fue constantemente enseñada y predicada por, no solamente Bernabé y Saulo, pero también por "muchos otros" (Hechos 15:30-35). Se habían preparado para la próxima gran expansión - el segundo y tercer viajes misioneros.
Si te quedas con el amor de Jesús y busca la sabiduría y guía del Espíritu Santo, tus conflictos también traerán grandes avances en Su reino.
Conflicto 3: Metodología
A veces los creyentes están en desacuerdo acerca de desigualdades percibidas (Hechos 6) o la doctrina (Hechos 15:1-35); pero más que esto, están en desacuerdo acerca de métodos - la mejor manera de llevar a cabo el trabajo del Señor (Hechos 15:36-41).
El tercer y último conflicto mencionado en Hechos se trata de este último asunto. Pablo dijo, "Podemos llevar a cabo mejor la obra del Señor dejando a Marcos aquí." Bernabé respondió, "Podemos llevar a cabo mejor la obra del Señor llevando a Marcos con nosotros - y aparte, ¿por qué me llamó al ministerio el Señor si no fuera para ayudar a mis familiares?"
Los primeros dos conflictos descritos en Hechos terminaron con resultados amistosos. Este tercero, no. Hubo tal desacuerdo entre Pablo y Bernabé que los dos se separaron y se fueron en direcciones diferentes. Estos dos grandes amigos se separaron porque no podían encontrar un acuerdo. Tristemente, la mayoría de nosotros tenemos memorias de divisiones que resultaron porque personas de buena voluntad no podían encontrar un acuerdo en cuanto a la mejor manera de llevar a cabo el trabajo de la iglesia y el reino.
En el largo plazo, tanto Bernabé como Pablo tenían razón, pero los dos no tenían razón al mismo tiempo.
Pablo tenía razón. Si Marcos se había apartado de ellos en el primer viaje, entonces las dificultades del segundo viaje (que incluían cuando los azotaron en Filipos) lo habrían aplastado.
Bernabé tenía razón. Marcos merecía una segunda oportunidad. En el ambiente menos estresante de Chipre, la isla de Bernabé donde había ya una iglesia establecida, Marcos tenía la oportunidad de demostrar su cambio.
Marcos recuperó sus ánimos y años después durante la encarcelación final de Pablo en Roma, Pablo pidió que Marcos fuera a visitarlo porque Marcos le era "útil" (2 Timoteo 4:11).
¿Hay un conflicto que no puede resolver —un conflicto donde ninguno de los dos está desobedeciendo al Señor, violando la Escritura, ni protegiendo tercamente sus propios intereses? Hay sabiduría en separarse cuando no pueden encontrar un acuerdo acerca de diferentes metodologías en lugar de tratar de hacer funcionar algo que no puede funcionar. Puede amarrar dos colas de gatos para unirlos, pero no tendrá unidad.
Si tienen que separarse, entonces hágalo con una buena actitud. Ni Pablo ni Bernabé hablaron mal del otro, ni se apartaron para quejarse. Los dos seguían con ministerios productivos. Mantenían un buen corazón hacia el otro y dejaron la puerta abierta para la reconciliación. Primera de Corintios 9:6, escrita desde Efesios durante el tercer viaje misionero de Pablo, nos hace saber que estaban trabajando juntos de nuevo después de muchos años de separación.
Conclusión
Nuestros conflictos hoy no son necesariamente los mismos que encontramos en Hechos. Quizás hay conflictos que usted enfrenta que no caben dentro de las categorías de justicia social, doctrina, ni metodología. No importa la categoría.
Estos tres conflictos de la Iglesia Primitiva proveen un ejemplo de cómo tratar cualquier conflicto. El resultado final de cualquier resolución de conflictos es que el reino de Dios sea avanzado. Los desacuerdos relacionados con el tratamiento de las viudas, la aceptación de los gentiles, y la participación de Marcos finalmente avanzaron el reino. Si usted está dispuesto a amar a Jesús y buscar la sabiduría y guía del Espíritu Santo, sus conflictos también traerán grandes avances en su reino. Quizás no lo puede ver inmediatamente, pero Él hace todas las cosas bonitas en su tiempo.
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