La inserción de la historia de Judá, tras la venta de José a los egipcios, no es casual. Obedece a un propósito.
El terrible castigo de Juda
La inserción de la historia de Judá, tras la venta de José a los egipcios, no es casual. Obedece a un propósito. Si leemos el episodio atentamente observamos que dos hijos de Judá no mueren de muerte natural, sino que “Dios los mató”. Posteriormente, su nuera, Tamar, lo engaña y seduce. Y, sin embargo, todos estos percances se explican por la historia de José. La Torá sugiere que esos contratiempos son la consecuencia directa de la participación de Judá en la venta de José.
¡El impostor engañado!
Si leemos el texto en su lengua original, podemos comprender mucho mejor la sugerente relación entre ambos relatos. Cuando los hermanos de José llevaron la túnica desgarrada de su hermano a Jacob, su padre, le dijeron: “te rogamos que la examines para ver si es la túnica de tu hijo o no” (Gen. 37:32). En hebreo: הַכֶּר־נָ֗א significa “discernir, reconocer, examinar”. Curiosamente, son las mismas palabras que Tamar expresa en su recado para Judá: “Te ruego que examines”- הַכֶּר־נָ֗א (Gen. 38:25). Dentro de la Torá, esta expresión se encuentra registrada solo en dos ocasiones. Y las dos se suceden en estos capítulos: en uno, para expresar “engañar”, y en otro, “denunciar engaño”.
Descubrir los enigmas hebreos de la Biblia
Solo podemos comprender el episodio de Judá y Tamar y su insólita ubicación en Génesis si acudimos al relato de José en hebreo. ¡El impostor es engañado! Y las Sagradas Escrituras nos desvelan todos los detalles.
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